Opinió

Lleida, a los pies de los caballos

Desatino tras desatino. Error tras error. Con o sin intencionalidad el (des) Govern de la Generalitat ha abandonado Lleida a su suerte. El Covid, de forma generalizada ha puesto en evidencia muchas cuestiones de nuestro hacer diario que deberán ser corregidas, tanto desde un punto de vista individual como colectivo. Lo que sí tenemos claro los leridanos es que este virus ha constatado lo que llevamos recordando a las autoridades catalanas y que siempre se han salido por la tangente: Catalunya acaba en la Panadella y que el centralismo de Barceluña es mucho más nocivo que el de Madrid. No se trata de victimismo, si no de decir alto y claro que nos tratan como súbditos de una república acomodada en el imaginario de quienes dirigen el timón de un barco que va a la deriva.

La imagen negativa de Lleida que se está proyectando a través de los medios de comunicación es fruto única y exclusivamente de una pésima gestión a la hora de atajar con contundencia los rebrotes en una parte del Segrià. ¿Tan complicado era tomar medidas cuando el pasado 22 de junio se detectaron focos de infección en Aragón y donde retrocedieron automáticamente de fase, teniendo en cuenta que se situaban a 20 quilómetros de las poblaciones que ahora se ven más afectadas? ¿Por qué en Lleida pasamos de Fase 3 a la “nueva” normalidad en un par de horas?

Frente a desinfección de calles y equipamientos municipales, y rastreo de contagiados y pruebas serológicas, los (ir)responsables políticos -que no expertos en pandemiashan optado por encerrarnos a los que sí hemos cumplido y hundir el tejido productivo; en definitiva, nos habéis dejado a los pies de los caballos.

La falta de descoordinación entre las administraciones y la carencia de liderazgos para afrontar esta situación ha sido evidente. Vuestra desidia, falta de transparencia y desastrosa comunicación se traduce en el derrumbe y quiebra de miles de establecimientos, entidades y familias. Sin embargo, y lejos de que alguien se tome la molestia de dimitir, todavía tenemos que aguantar petulantes declaraciones que Artículo pretenden ocultar las erróneas decisiones que han convertido Lleida en una provincia de apestados. No tenéis vergüenza. Desde el pasado 28 de junio, fecha en que el secretario de Salut Pública dejó el puesto por motivos de salud, no hemos escuchado ni un sola voz experta en la materia. Una autoridad científica da legitimidad al mensaje de cualquier político y el Govern ni se ha preocupado en buscar una alternativa al Dr. Joan Guix.

Como viene siendo habitual en el Govern y la Paeria, han derivado sus obligaciones en los ciudadanos -infinitamente más responsables que ellos- que se han traducido en un confinamiento de cariz político, sin base jurídica sólida y en el que pagamos justos por pecadores. Descabelladas e inoportunas han sido las propuestas del gobierno local, queriendo regularizar a los “sinpapeles” y dar una paga a los “sintecho” y temporeros para que se confinen, comportando automáticamente un efecto llamada.

Para sacar Lleida del pozo en el que nos han metido, la alternativa pasa por realizar microconfinamientos en los espacios donde se detecten positivos con su rastreo correspondiente, permitir la apertura de terrazas con las medidas de seguridad establecidas y una inyección de liquidez suficiente y de forma inmediata. Imprescindible, además, censurar comentarios de algunos supremacistas como el del presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell; la portavoz del Govern, Meritxell Budó; el conseller de Interior, Miquel Buch; o la de Agricultura, Teresa Jordà.

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