Suso de Toro, l'escriptor que va estar sotmès a la censura espanyola

Suso de Toro etziba, España es una sociedad que no tolera la disidencia y si no hay disidencia es que no hay libertad
l'escriptor gallec Suso de Toro
photo_camera l'escriptor gallec Suso de Toro

1507-1Suso de Toro va començar a escriure, inicialment, la història d'una família de trets insòlits, que a través de generacions acumulava llibres i protegia figures de la cultura i de la política gallegues, com Rosalía de Castro i el seu marit Manuel Murguía, o Castelao i Rafael Dieste. El que era una novel·la familiar, a través de les persones del cirurgià Ángel Baltar i els seus dos fills Antonio i, particularment, Ramón, a poc a poc es va transformant en una persecució en la qual el narrador es veu atrapat, investigant fascinat aquesta presa esquiva. Un Ramón Baltar clandestí i en penombra.

En Un señor elegante, definida com a novel·la de no ficció, ens veiem atrapats en aquesta persecució a través de la gènesi, o revelació? del personatge i d'una història, la de l'ètica de la resistència. Un somni republicà i un relat del segle XX europeu viscut a Galícia i a Espanya; una visió molt diferent, alegre i resistent, del nostre passat.

Una breu introducció sobre la darrera obra de Suso de Toro, que des de la redacció de Territoris.cat varem volen aprofundir, i també tenir una conversa sobre el pensament de l'escriptor gallec.

P. Quan de parlem de Un señor elegante es veu un procés, seguint la història del treball, dividit en dues etapes. Hi va haver un primer contacte amb la família Baltar, el vas deixar aparcat i molts anys després ho reprens. Per què?

R. Realmente fue por curiosidad. Ningún proyecto literario bueno nace de un modo que le ayude, sino que nace de un propósito fuera de lo literario, aunque sea un propósito bueno. La literatura tiene que nacer de algún mecanismo interno de quien lo escribe que le toca algo. A mi fue por curiosidad literaria. Había contactado con la familia unos quince años antes para una novela anterior, pero no me había servido porque me desconcertaba el trato con aquella familia tan alegre y agradable y yo estaba escribiendo una historia de lo que había ocurrido en 1936 en mi ciudad y todo eran cosas terribles. Entonces me dejo desconcertado y lo dejé apartado porque no me servía, pero luego me volví a cruzar con ellos y me picó la curiosidad. No fue tanto el querer contar la historia de una familia ejemplar que había hecho cosas interesantes, sino que me picó la curiosidad de entender aquella familia. Y la curiosidad si es un mecanismo literario. Que luego resulta que te encuentras con una familia que fue benefactora de personas tanto de la cultura como personas que lo necesitaban por sus ideas. Todo eso redunda en beneficio, pero realmente si hubiese sido una familia de ladrones y me hubiese picado la curiosidad también habría escrito el libro.

P. En principi quan llegeixes el llibre sembla que surt la teva vena més roja.

R. Antes de esto había pensado en escribir un libro sobre una persona de mi ciudad, un abogado y catedrático de derecho que era monárquico y de ideas conservadoras y que fue depurado. También me atraía esa figura, porque era un hombre que actuó conforme a un código ético de la profesión y un código ético personal y defendió la corporación municipal republicana que fue posteriormente fusilado. Su defensa no sirvió de nada porque después fue fusilado, pero él defendió que la corporación municipal que existía en el momento del golpe de Estado era los gobernantes legítimos y además eran quien habían defendido el orden legal, mientras que en realidad quienes habían pervertido el orden real era quien lo estaba juzgado. Este hombre fue depurado y apartado, tuvo que esconderse para salvarse la vida. Este personaje también me interesaba.

Lo que quiero decir es que no escogí a una familia por su ideario cercano a la libre enseñanza, a la cultura republicana y gallega… sino que fue la historia y el atractivo de los personajes, que me parecieron curiosos, alegres, pintorescos, llenos de vida… Luego una figura atractivísima fue el cirujano Ramon Baltar. Pero ya digo, que no fue por mis ideas, aunque efectivamente cuando pienso en el modo que estuvo en su vida Ramon Baltar me parece ejemplar. A mí me gustaría decir al final de mi vida que estuve cerca de seguir un modelo así de conducta, basada en una ética, y que tuve la fuerza moral de defender mis posiciones y aguantar todas las represalias, porque vivimos en el país que vivimos.

P. El llibre, curiosament, comença en un moment determinat en el que tens una reunió amb Antonio Baltar i et pregunta si coneixes la historia del seu avi.

R. Lo que ocurrió fue que en el segundo encuentro con esta familia me pescaron. Uno de ellos me preguntó si conocía la historia de su tío que tuvo que escaparse por el puerto de Coruña disfrazado y con un buzo y yo no lo sabía. Me estaba echando claramente el sedal. Yo salí de allí preocupado. Le dije que no podía hacerlo porque estaba con otras cosas, pero que ya le diría si se me ocurría alguien para que se lo hiciese. Al cabo de un par de días la historia dio vueltas en la cabeza y primero intenté que lo hiciese mi compañera, francamente, llegué a casa y se lo conté. Ella me dijo que no, pero que, si lo hacía yo, ella me ayudaría. Me piqué, acabé cayendo al anzuelo, me puse a escribir el libro, pero en todo momento en casa mientras cocinábamos íbamos comentando que le pasó a Ramon Baltar y fuimos reconstruyendo la historia en un debate familiar interno.

Fue un libro distinto, muy dinámico y muy dialectico en el que tuve que ir tirando de hilos de la familia y ellos también tuvieron que ir tomando confianza en mí, porque estaban hablando de sus padres y abuelos. Era un proceso delicado y fuimos yendo poco a poco, fuimos preguntando a otras personas y fuimos construyendo una historia. Mi visión intento ser objetiva y para ellos eso también fue desconcertante, porque tu recuerdas a tu padre o a tu abuela con cariño y no los imaginas con un gesto autoritario en determinado momento, porque tu crees realmente que tu padre no es así.

P. Tens en la teva trajectoria molta novel·la creada per la teva imaginació. L’haver d’endinsar-te en un treball d’investigació que significa per a tu?

R. En este caso fue un libro muy distinto de todo lo que he escrito, aunque tiene parentesco con Siete palabras, que no tuvo edición en catalán cosa que lamenté, porque era la historia de mi familia paterna. También era un libro en el que relataba los pasos que iba dando en la investigación, pero en ese caso era mi familia. Quizás era más radical porque era un acto de desvelamiento, acabas diciéndole a los demás lo que acabas descubriendo sobre tu familia.

Este otro fue un proceso muy divertido porque era una historia muy viva y yo disfrutaba desvelando secretos de todo tipo. Eso le da una fuerza enorme al relato y además de eso, se sumó el hecho de que lo hice compartido, aunque hay una dialéctica muy de autor. Iba compartiéndolo con mi compañera y con mis amigos de confianza descubrimiento tras descubrimiento. Establecí un vinculo muy fuerte con esa familia, que tuvieron mucho valor en poner en manos de una persona ajena la historia de su familia.

Àngel BaltarP. Abans parlaves d'àgil, un llibre amb capítols molt curts i molt diferent del teu estil anterior. L'obra ho exigia així?

R. No lo tengo teorizado, pero sí sé que cada empeño literario tiene su naturaleza y eso mismo demanda que vayas buscando la forma adecuada. Cuando tienes una historia para contar piensas como la vas a contar y en qué modo debe estar contada. En un primer momento pensé que en este libro podía usar un personaje narrador, una mujer escritora profesional que ya había aparecido anteriormente y a quien iba a atribuir esta historia, pero llegó un momento en el que me daba cuenta que me estaba poniendo una membrana entre yo y la historia y que perdía fuerza. Por otro lado, me encontré que tenía materiales muy distintos que abarcaban distintas historias de la familia Baltar en épocas distintas y tampoco quería hacer una novela cronológica. Yo mismo pienso que si leo una novela que empieza en el siglo XIX i va acabar en 1981, me va a interesar más lo que pasa, sabiendo la historia de España, a partir de los años 30 y me voy a ir al final del libro porque el XIX me cae lejos. Entonces, fui contando la historia tal como me venían las cosas y fui entrelazándolas para crear ganchos de suspense. No empieza con mucha fuerza, pero al poco tiempo fui introduciendo notas de suspense que permitían que el lector se diese cuenta de que aquí pasaría algo.

P. Clar, és allò de posar-se a llegir i no parar.

R. El problema de este libro es que tiene tantas cosas distintas que mucha gente al final lo que me pregunta es por la operación Termopilas. Claro, el libro tiene muchas otras anécdotas como el relato de una joven alemana que viaja por todo el mundo con su padre que era un funcionario nazi y que llega des de Madrid a Santiago para educar a los niños de la familia Baltar. Ese relato lo lees y te lo saltas, porque luego vienen otras cosas. Hay tal cantidad de historias que me resultó fácil construirlo.

P. La història de l’operació Termopilas sembla treta d’un guió. De la manera que esta estructurat el llibre podríem pensar en una versió passada a la gran pantalla?

R. La verdad es que cuando estaba terminando el libro pensaba que me encantaría. O una serie que empezase en el siglo XIX o ya en el siglo XX con el cirujano cuando va a Alemania a aprender la última cirugía y en un momento de progreso en que el futuro era un horizonte abierto. El cineasta García Sánchez me decía que con este libro se podría hacer la historia del automovilismo. Ramon Baltar había tenido casi cuarenta automóviles, eran unos locos de la velocidad y con las carreteras que había en Galicia. Yo lo podría ver como una serie y me apasionaría, pero también como una película ya enfocada a la investigación de una familia gallega encontrándose que se ha perdido la memoria.

P. El portar a la gran pantalla Trece campanadas que va suposar per a tu?

R. Aprendí mucho de los guionistas, porque el trabajo del escritor literario tiene un aspecto muy interno de tus preocupaciones, pero tienes que hacerlo con tu oficio y hay veces que no se valora suficiente tu oficio. Los escritores cinematográficos son personas muy humildes, pero muy inteligentes y muy capaces. Trabajar con ellos me enseñó a ser humilde y a intentar que lo que quieres contar lo hagas del modo que le interese más al lector. Me ayudó a recordar para quién trabajo. En el caso de Trece campanadas la historia está muy lejos de la película, pero en el trabajo de guion inicial trabajé con ellos y aprendí muchísimo.

P. Has tingut obsessió per la teva retirada. Es va llegir als mitjans un parell de vegades. És una obsessió real o son moments creatius de baixa intensitat?

R. Es probable que en una trayectoria larga de cualquier escritor tenga momentos de crisis, es lo esperable, pero en este caso yo lo veo en mi contexto particular de lo que ocurrió alrededor de 2010. Yo soy un autor que para mi desgracia profesional he expresado siempre mis ideas públicamente como ciudadano y mis ideas me han traído consecuencias hasta que llegó el momento que no podía expresarlas en los medios de Galicia e incluso llegó un momento que la prensa que se leía en Santiago, en mi ciudad, ninguno de los diarios que se distribuyen no me entrevistan. Llegó un momento que esto afectaba y luego llegó un momento que mis ideas empecé a expresarlas en la prensa de Madrid y también tenía consecuencias. España es una sociedad que no tolera la disidencia y si no hay disidencia es que no hay libertad. Entonces llegó un momento en que vi que mis libros dejaban de ser reseñado y que no se me trataba igual y comprendí que no se daban las condiciones para seguir viviendo de la literatura.

Lo viví con amargura, además que se dio la crisis del papel y llegó un momento en que me dije que no podía seguir siendo escritor y realmente en aquel momento me reincorporé a dar clases en un instituto. Fue duro, fue muy duro porque había cambiado todo, la sociedad, los alumnos, los profesores, estaba todo informatizado…

Imatge de la família Baltar

Admiració per Catalunya

P. En aquella etapa trobes complicitat amb Catalunya i t’obre una nova etapa o és molt aventurat fer aquesta afirmació?

R. Con Cataluña siempre tuve la actitud de interés activo. Siempre me interesó y le tuve admiración, reconozco sus virtudes y creo que también conozco sus defectos. Durante mucho tiempo Cataluña se expresaba a través de unas elites que tenían una actitud desdeñosa, altiva y a veces infundada y con un desdén al resto de la población de la Península. Yo sabía muy bien que llegaba a Barcelona y percibí esto. El equivalente se da en Italia con el norte y el sur.

En mi caso, la verdad es que yo había tenia una formación con libros legales y otros ilegales con ideas que muchas veces venían des de Cataluña y yo siempre tuve curiosidad. A partir de 2010, cuando ocurrió la sentencia del Tribunal Constitucional que divide la historia jurídica y política des del año 1975, en ese momento yo me sentí con el pueblo catalán, con independencia de los proyectos políticos, era con la ciudadanía.

P. Com veus la siutació actual, al marge de la pandèmia? S’ha perdut la dignitat política?

R. En España hay una ausencia absoluta de personas que encarnen un liderazgo moral y eso es importante. Al final los proyectos políticos y las ideas se encarnan en personas. Son políticos que, en el mal sentido de la palabra, politiquean. No hay detrás de eso alguien que merezca confianza, aunque no estés de acuerdo con sus ideas. Por ejemplo, en este momento en Alemania Angela Merkel tiene un liderazgo moral y merece respecto, porque tiene un modo de entender la política con límites morales. Tampoco hay un proyecto colectivo en España. Es un proyecto de violencia en quien domina en estos momentos lo hace con la imposición y no con la integración.

En Cataluña el gran protagonista, que a veces es invisible, es la propia ciudadanía. Hay cosas que no tienen una vuelta. La ciudadanía de Cataluña se ha empoderado des de 2010. Ya no son las elites, sino que son la ciudadanía común quienes se sienten dueños de Cataluña. Ha habido un proceso de empoderamiento de muchas personas que viven la política de un modo único, que creo que no hay en toda Europa. Yo cuando pienso en el referéndum del 1 de octubre pienso que hubo más de un millón de personas adultas que hicieron un acto de disidencia y libertad contra el Estado. Eso es un acto único. No hay ciudadanía como esa en Cataluña. La ciudadanía es la gran protagonista, los partidos van a rastras y no aciertan a interpretar la voluntad de fondo.

P. En tot aquest procés, entre Europa i Espanya hi ha una complicitat perquè res de llibertat es pugui exterioritzar?

R. Sin duda, el problema ya es el modelo político y económico español. Todo el poder político y económico se centra en unos pocos quilómetros cuadrados en el centro de Madrid. Todas las decisiones, las empresas públicas, la banca, el poder financiero, los medios de comunicación… todo se juega allí. Cualquier cambio en esta situación sería perder para esa élite que va a decidir como se van a administrar los millones que llegaran de Europa. No quieren perder el control. Es un poder tan grande que es muy difícil que quieran soltar. El problema de España es Madrid, no Cataluña. Cataluña lo que quiere es poder ser viable como país y poder tener su desarrollo propio. Madrid es una economía no productiva, es una economía política. Cuando se habla de la España vaciada es porque la Meseta es un agujero negro que absorbe personas, oportunidades, recursos económicos…

P. Llavors, quin és el fil de la complicitat amb Europa?

R. Europa es una alianza entre estados y eso es lo que ha pagado la ciudadanía catalana. Europa no protege la ciudadanía europea, sino que protege la soberanía de los estados permitiendo a España perseguir la disidencia con la porra y con los juzgados. España es un estado deudor que ha se hipotecado mucho, pero eso también es negocio. En el reparto de Europa, estados como Grecia o España son países que van a tener una función que es el lugar de recreo de los europeos del norte y en esa función nos toca ser camareros y ofrecer hostelería y ligado al turismo va la construcción. Ese modelo fue el que promovió el Franquismo que era turismo y construcción y esencialmente es el mismo. Entonces, territorios exportadores como Valencia, una parte de Andalucía, Cataluña, Navarra, País Vasco y Galicia, buscan modelos de supervivencia y se encuentran dentro de un modelo que es el turismo y la construcción que no apuesta por el desarrollo de las industrias modernas.

El futur de les noves generacions

P. Perquè en tot aquest context, quin futur ens espera a nosaltres i a futures generacions?

R. Es muy triste responder a esta pregunta. El deber de las personas adultas que tenemos una posición vital en la sociedad es dar esperanza a los jóvenes y decir que hubo generaciones que lo tuvieron peor y que salieron adelante. Pero si hacemos un análisis en conjunto, mi posición es muy pesimista. Yo creo que hay que rebelarse contra ese destino que nos dan de ser deudores y de resignarse a un modelo que penaliza la innovación y el trabajo creativo, de un modo individual hay que luchar, pero colectivamente también hay que rebelarse.

P. Amb aquests arguments suposo que no tornaràs a dir que et retires.

R. Tengo miedo ahora a volver a que me aburra, porque fue tan divertido buscar en los papeles, descubrir secretos y reconstruir lo vivido que ahora tengo miedo de volver al trabajo del escritor solitario de ficción. Tengo una novela que dejé aparcada y volver a ella no sé si me divertirá tanto.

P. De totes maneres, com per tornar a la docència suposo que no, no?

R. No, estoy jubilado ya, aunque me gustó mucho y me gustan mucho los jóvenes y tener contacto con adolescentes. Precisamente, la ética del profesor debe ser protegerlos porque al final se olvida que los niños y los adolescentes deben estar protegidos por los profesores y ver en cada alumno y persona lo que les pueda ocurrir.

P. Doncs esperem que no et retiris i que ens puguem recrear amb una altra obra com aquesta.

R. La vida dirá, ya veremos.

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